Uno
de mis juegos preferidos cuando llegaba a la quinta de mis abuelos era levantar
un par de baldosas que estaban en el jardín. Debajo de ellas había todo un
mundo. Levantaba una y por debajo salían escurriéndose ciempiés, tijeretas,
bichos bolita, hormigas, arañas, babosas, lombrices y demás animalitos. No
podía creer que debajo de una baldosa existiera toda una comunidad, con sus
ocupaciones, necesidades, miedos y deseos. ¿Cómo convivían? ¿Cómo se
comunicaban? ¿Qué los movía?
Diego Gallotti
2/4/19
2/4/19
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