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viernes, 24 de septiembre de 2021
jueves, 23 de septiembre de 2021
martes, 14 de septiembre de 2021
Aventuras y desventuras de Justo López - Capítulo 10
Por su parte
Honorio llegó a la estancia donde había trabajado con su familia y de noche se
acercó a la casita de las criadas. Llamó a su esposa y a su hija por la ventana
y se encontraron detrás de la casa. Luego de abrazarse los tres, su esposa
Juana le advirtió que la policía lo estaba buscando. Preguntó por su hijo y le
dijeron que como ya tenía diecisiete años lo habían puesto a trabajar en el
campo. Que lo iba a encontrar en la casa de los peones. Se acercó sigilosamente
a la casa de los peones y por la ventana llamó a su hijo. Casildo salió y se
encontró con su padre. Luego de un largo abrazo y de ponerse al tanto de lo
ocurrido durante tanto tiempo, Honorio le dijo que debía marcharse porque lo
buscaba la policía. Casildo le dijo que lo quería acompañar pero Honorio le
dijo que con un perseguido alcanzaba en la familia. Casildo le dijo que
prefería la vida de matrero a la de seguir siendo explotado en esa estancia.
Honorio se lo prohibió y se largó hacia el campo con una profunda tristeza.
Continuará...
domingo, 12 de septiembre de 2021
Aventuras y desventuras de Justo López - Capítulo 9
Justo y Honorio se
separaron en el camino y cada uno rumbeo para sus pagos. Cerca de su querido
rancho Justo se encuentra con Moreira, su antiguo vecino, quien le advierte que
la policía estuvo preguntando por su paradero y que su esposa e hijas acosadas
por la milicia decidieron marcharse y dejar el rancho. Justo se acercó
cauteloso todo lo que pudo a su antiguo rancho y observó con mucha tristeza que
efectivamente estaba abandonado. Lleno de rabia y desolación decidió ir en
dirección hacia dónde los vecinos habían visto que se iba su familia por última
vez.
sábado, 11 de septiembre de 2021
Aventuras y desventuras de Justo López - Capítulo 8
Justo y Honorio se
dirigieron hacia el norte nuevamente. Vivieron varios días a la intemperie. De
vez en cuando trabajaban de peones en alguna estancia pero no se quedaban
muchos días por temor a que en cualquier momento los encontrara la milicia por
desertores. Un día llegaron a un baile y presenciaron como un tal Fierro
provocaba a una negra. Honorio enfurecido le preguntó a Justo ¿Qué le pasa a
este Fierro con los negros? Justo lo refrenó, tranquilo Honorio que no hay
comedido que salga bien. Al momento el compañero de la ofendida salió a
defenderla y se armó una tremebunda pelea. El pobre negro quedó tendido en el
suelo y su compañera llorándolo. Honorio conmocionado reflexionó: no puedo
entender como nos seguimos peleando entre hermanos. No somos enemigos indios,
negros y gauchos, los tres tenemos un enemigo en común.
viernes, 10 de septiembre de 2021
Aventuras y desventuras de Justo López - Capítulo 7
Estuvieron varios meses
conviviendo en paz con los pampas hasta que una noche sufrieron una emboscada
por parte de la milicia. Se defendieron con uñas y dientes. En medio de la
batahola Justo creyó ver a Cabrera. Cabrera lo divisó y al grito de ¡Al fin te
encuentro gaucho matrero!, se le fue al humo embravecido. Justo esquivó un sablazo
que igual le marcó la cara. Ni lerdo ni perezoso le devolvió la estocada e
hirió a Cabrera en un brazo. Aprovechó el momento y se escapó hacia el monte.
Al otro día encontró a Honorio y otros indios escondidos entre la maleza. Pocos
habían sobrevivido. Justo curó su herida y desde ese día comenzó a usar barba
para tapar la cicatriz. Los sobrevivientes juraron venganza pero Justo y
Honorio decidieron que era hora de separarse de la tribu e ir en busca de sus
respectivos familiares. Hace rato que no los veían y no sabían nada de ellos.
miércoles, 1 de septiembre de 2021
Aventuras y desventuras de Justo López - Capítulo 6
A la media hora de
andar a caballo, se subieron a un poste del telégrafo y cortaron el cable. De
esa manera Cabrera no iba a poder avisar inmediatamente al regimiento sobre el
escape.
Luego se dirigieron
hacia el sur, a tierras no controladas por el Estado.
Estuvieron varios
días viviendo de la caza, durmiendo bajo el poncho y las estrellas. Hasta que
un día a la orilla de un arroyo divisaron a una india con su hijo. Estos apenas
vieron a los gauchos, se escondieron en el monte.
Al rato, Justo y
Honorio se vieron rodeados de indios. El indiecito resultó ser el mismo al que
Justo le perdonó la vida en la batalla. Era el hijo del cacique Catriel. Desde
ese día vivieron en la toldería con los indios, aprendieron su idioma y el arte
del rastreo entre otras cosas.