Luego de jugar con mi sobrina en el parque, les pregunté a ella y a sus dos amigas cómo les gustaría que sea la ciudad.
Sofía: Tiene
que ser divertida, que nos haga reír.
Emma: Que
tenga más juegos y más colores.
Valentina: Que
los escalones y picaportes sean más bajos.
¡Qué buenas
ideas!, exclamé contento. ¿Qué otras cosas se les ocurre?
Emma: Que
tenga más árboles para trepar.
Valentina: Me
gustaría que tenga más flores.
Sofía: Que
haya castillos y más animalitos.
Me quedé
pensando que sin duda la ciudad no estaba pensada, ni diseñada para los niños.
D.G.
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